Recientemente, tuve la oportunidad de asistir a una serie de ponencias sobre inteligencia artificial en el marco de una formación legal. El ponente, un profesional con una experiencia nada desdeñable en el tema, nos aseguró que se estima en un veinte por ciento las operaciones que la inteligencia artificial ejecuta por su cuenta, una especie de caja negra de avión en el que ningún especialista ha sido capaz de identificar el cómo lo hace. Y al igual que vosotros, no pude evitar pensar en referencias de la cultura popular que hace años vienen coqueteando con el tema. Pensé, si lo gótico es una expresión de los miedos y ansiedades de la sociedad, entonces un futuro apocalíptico puede serlo.
Las posibilidades de una nueva pandemia global, la subida al poder de gobiernos ultraconservadores y totalitarios, el extremismo político (y la antesala de otra guerra mundial en conjunto), el cambio climático, el no saber realmente (pese a que vivimos en la época de mayor acceso a la información de la historia) es el pasado ligado irremediablemente a los terrores del futuro, los miedos sugeridos por la experiencia que, al igual que una pesadilla, vienen a asustarnos en el presente. Entonces, ¿no estamos hablando de gótico?
Nuestros miedos, los de ahora
«Algunos autores dicen que, a partir de ahora, todas las novelas serán sobre el cambio climático y es verdad. No en el sentido de que todo el mundo va a escribir sobre medio ambiente, sino que la contingencia, la incertidumbre, la ansiedad profunda o el sentimiento de emergencia del cambio climático van a aparecer en la ficción de diversas maneras», dijo Katie Kitamura, autora de Intimidades.
En el comienzo del movimiento, a finales del siglo 18, los miedos eran otros. Las fuerzas desconocidas que no podemos controlar, pero que son una consecuencia de alguna tensión política del pasado (El castillo de Otranto). Los extranjeros que llegan con su idioma desconocido y su particular forma de ver el mundo (Drácula). Los nuevos avances de la ciencia y la tecnología que irremediablemente redefinen el panorama de nuestro diario vivir (Frankenstein).
Nuestros miedos de ahora pasan por el control y la censura informativa, como en Fahrenheit 451. Por poner un ejemplo, en Estados Unidos no queman libros, pero retiran clásicos de la literatura de los curriculums escolares por considerarlos «inadecuados». En una línea similar, 1984 nos adelanta el control informativo y el sesgo, tan presente en nuestra desinformada sociedad saturada de información. Nuevamente, en el ámbito de la ciencia y la tecnología, pero ahora desde el espectro de la clonación y el control del individuo, está la novela Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro, un tema que ya adelantó Aldous Huxley en su obra Un mundo feliz.
Las distopías: una gótica forma de ver la realidad
A esta gótica manera de ver el futuro se le llama distopía. El término surgió como contraposición al texto del humanista renacentista Tomás Moro, que en 1516 escribió Utopía, donde describía una sociedad ideal. Las distopías llevan al extremo las peores pesadillas humanas y representa cómo funcionarían en una sociedad real. Una forma de crear una distopía es, según Margaret Atwood, autora de El cuento de la criada, tomar un aspecto de la sociedad (en el marco de los ya mencionados) y llevarlo un poco más al límite.
El futuro es gótico
«No es sorpresa para mí que la ficción gótica esté nuevamente en boga, tomando en cuenta el estado actual de los asuntos de nuestro mundo» asegura Paulette Kennedy, escritora de ficción gótica.
Pensarlo por un momento: llevamos siglos imaginando un futuro nada alentador. Para muchísimas generaciones pasadas el futuro ya era gótico, y en cierta medida se han cumplido esas expectativas oscuras. Las sociedades góticas o distopías siempre han estado ahí, cerca de nuestras posibilidades y las características las vamos viendo a medida que se desarrollan los eventos en el mundo.
¿Qué otra cosa nos queda por imaginar? De pandemias clásicas a evolutivas que terminan convirtiéndonos en zombis, a sociedades cuyos individuos son controlados y explotados para diferentes fines, no sé si hemos tocado todos los puntos de decadencia y destrucción para el futuro, o si nos queda alguno. Lo que está claro es que utópico difícilmente será. Y que la literatura gótica estará ahí para ayudarnos a entenderlo y asimilarlo. O combatirlo.
Cuéntame tu futuro gótico distópico.
Algunas obras que reflejan este sentir:
De los clásicos:
Un mundo feliz
1984
Fahrenheit 451
De los actuales:
El cuento de la criada
Los juegos del hambre
Nunca me abandones
Referencias:
The Future is Gothic: Elements of Gothic in Dystopian Novels, Amy Cartwright, Department of English Literature, University of Glasglow, 2005.
Why we are living in “Gothic times”, Hephzibah Anderson, BBC March, 15, 2021.
Why gothic?, Paulette Kennedy.
A Gothic Future – the case for gothic science fiction, Mikhaeyla Kopievsky, M;K, May 26, 2022.
What Is Dystopian Fiction? 20 Examples of Dystopian Fiction, MasterClass, September 21, 2022.
«Salvaguardar la privacidad y la interioridad es fundamental para el ser humano» Entrevista a Katie Kitamura, Mariana Toro Nader, Ethic, 29 de junio de 2023.
Prefiero no imaginarlo y fantasear con lo contrario: un futuro utópico. Tu enfoque es lúcido y "gótico" es un término adecuado para lo que nos espera... Al margen de los datos racionales, yo noto un nerviosismo general, una agitación en la colmena que me recuerda la inquietud de las manadas, en los westerns, que precedía siempre a las terribles e incontrolables estampidas...