¿De qué tamaño es tu antibiblioteca?
Una declaración de amor a la curiosidad.
Para cerrar este mes dedicado a bibliotecas y lecturas, os traigo este interesante enfoque sobre la lectura y los libros.
El concepto de antibiblioteca me llegó por Nassim-Taleb cuando leí El cisne negro, pero la idea es del autor de El nombre de la rosa, Umberto Eco. El cisne negro va sobre la posibilidad de enfrentarse a eventos improbables de alto impacto y de nuestra incapacidad de predecirlos, o de intentar explicarlos con eventos conocidos del pasado. Nassim-Taleb introduce el concepto de Eco para poner de manifiesto que lo que no sabemos es inmensamente mayor que lo que sabemos.
Eco llama antibiblioteca a todos aquellos libros que no has leído, que siempre serán muchos más que los que sí has leído, tu biblioteca. El autor tenía una extensa biblioteca en su casa, pero no había leído todos los ejemplares que la formaban. Su biblioteca era un centro de recursos para la investigación, o visto de otra manera una sempiterna fuente de nuevos conocimientos, un alimento permanente para su hambre de saber, para su curiosidad.
La idea hace pensar. No solo se trata de los libros que tienes y que no has leído, o los que están a tu disposición en las bibliotecas que suelas frecuentar, sean físicas o virtuales, sino todos aquellos que desconoces, simplemente porque desconoces sus autores o la temática que tratan y que, por no serte familiar, ni siquiera te planteas ir en su búsqueda. Es la curiosidad de lo desconocido, aquello que late sin que lo percibas.
Pero Eco tenía miles de libros en su biblioteca (que a su muerte fueron donadas a varias bibliotecas italianas), así que vamos a aterrizar la idea a un espacio más cercano y de a pie de calle.
Tener curiosidad intelectual significa estar vivos. Pero, créeme, no hay tanta gente viva en este mundo.
—Umberto Eco, sobre los hábitos de lectura
Una cosa es adquirir libros y acumular una antibiblioteca a instancias del mercado y su acelerada vorágine de novedades, y otra la de hacerse consciente de una antibiblioteca como estímulo de la curiosidad.
Aunque tengo libros sin leer en mi casa, ya no soy fan de seguir adquiriendo más y más. Mi casa es pequeña y el espacio limitado, y prefiero libros leídos a libros comprados o adquiridos y descansando el sueño de los justos en mis contadas estanterías. Por eso ya no soy tan fan de las novedades editoriales o de las ferias del libro, nuevo o usado. Las visito, pero sin obsesionarme.
En cambio, soy fan de lectura con propósito, y si esas lecturas las puedo tomar prestadas casi que mejor que comprarlas (por las razones antes mencionadas). Hay demasiadas cosas ahí fuera y es imprescindible hacer selección, porque tampoco podrás leer todos los libros que se editen o se hayan editado: por más que te guste leer nada te asegura que puedas hacer lo que el fantasma del meme y regresar de la muerte a por algunas lecturas más.
La lectura con propósito no es otra cosa que elegir aquellas lecturas que más te llamen la atención, desde tus conocimientos sobre la lectura y los libros, y hacia el fin (o los fines) que tengas en mente. Y nada impide que se cuele alguna novedad: en eso reside el genial concepto de la antibiblioteca, en dejarse sorprender por lo desconocido. Lo bueno es que de antemano tienes una base sólida por la que dirigirte.
Entonces mi antibiblioteca es infinita y está en plena expansión como los universos. Tengo una selección de libros que me apetece leer y sobre los que voy avanzando. La verdad no sé si me dé la vida para leerlos todos, porque sé que me llevarán a otros ejemplares que residen en mi antibiblioteca de ahora (la desconocida) y me tomará más tiempo.
Pero la posibilidad ya no agobia como antes, sino que induce a cierto vértigo de disfrute que me tomo con humor.
Referencias
Umberto Eco: la verdad está ahí dentro (de las bibliotecas), Bruno Padilla del Valle, Revista Mercurio, 25 de septiembre de 2023.
Umberto Eco’s Antilibrary: Why Unread Books Are More Valuable to Our Lives than Read Ones, Maria Popova, The Marginalian.
Casi se podría decir que la antibiblioteca de uno son todos los libros que existen. Uno nunca sabe en qué momento va a toparse o buscar ese libro que ahora no entra en su radar.
Tremendo post 👏🏼 Una sola vez leí a Eco para mis clases de semiología el año pasado, pero nunca escuché del concepto de la “antibiblioteca”. Recontra interesante!! ¿Una vez que me planteo un libro que deseo leer, este sale de mi antibiblioteca porque conozco de su existencia? ¿O solo se sale de la antibiblioteca con la lectura del mismo?