La crónica espectral

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Academia Gótica #5: Las cartas y poemas eróticos de Emily Dickinson
Academia Gótica

Academia Gótica #5: Las cartas y poemas eróticos de Emily Dickinson

El único lugar posible cuando no hay lugar para ser.

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Rosalina Martínez González
jun 18, 2025
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Academia Gótica #5: Las cartas y poemas eróticos de Emily Dickinson
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Para intentar comprender la dinámica de Emily Dickinson y Susan Gilbert hay que olvidarse un poco de las categorías y las etiquetas de hoy día.

Una joven Emily se enamoró de una joven Susan Huntington, y para ella solo existía eso, el amor. No los debates de género. No lo que la sociedad victoriana esperaba de una jovencita como ella.

El caso de las mujeres es doblemente marginal. La mujer ha sido un ser invisible históricamente, por lo que una relación homosexual era inconcebible.

En Inglaterra, por ejemplo, era algo contemplado en el código legal para los hombres (la ley más antigua data del siglo 16 y estaba penada con la muerte). La sociedad victoriana abolió la pena de muerte, pero reforzó la ley al incluir cualquier práctica homosexual (más allá de la sodomía). Puede que su víctima más famosa haya sido Oscar Wilde. Estas leyes estuvieron vigentes cada vez en menor medida hasta 2004 cuando se aprobó la unión civil entre iguales.

La mujer por su condición no contemplaba la homosexualidad, ni la sexualidad en líneas generales. Era algo en lo que simplemente no se pensaba, ni hablaba, al menos de cara al público.

Las relaciones en la sociedad victoriana funcionaban, en resumen, de la siguiente manera: los hombres con los hombres, y las mujeres con las mujeres. Puede que recordéis la escena de la cena a la que fue invitado Jack Dawson en la película Titanic: al final de la cena, Jack se queda a hablar con Rose, y en cierto momento el antagonista le dice algo así como que si se va a quedar a hablar con las mujeres, lo que despierta risas generalizadas en el salón. Los hombres se retiraban de la mesa a otra estancia para fumar puros, beber licores y entablar conversaciones masculinas. Esto es un ejemplo de conductas sociales victorianas.

Entre mujeres existía una cierta camaradería cercana que incluso rozaba la relación romántica, donde una practicaba una especie de cortejo a la otra. Sin embargo, era visto de lo más normal. Puede que por estos motivos la relación de Emily y Susan ni siquiera fuera tomada en consideración. El problema vino después, cuando Austin, el hermano de Emily quiso tomar por esposa a Susan, a lo que Emily reaccionó destrozada. Susan aceptó casarse por motivos económicos: no tenía otra opción, pero sus sentimientos hacia Emily no habían cambiado. El rumbo de los acontecimientos hizo que fueran vecinas y que se extendiera su relación amorosa hasta la muerte de Emily. Susan era la mujer de Austin frente a la ley, pero fue la de Emily en cuanto a sentimientos.

El único lugar posible para ser: las cartas

Durante todos esos años, Emily y Susan estuvieron carteándose, pese a que una casa estuviera al lado de la otra y se visitaran con frecuencia. Los mensajeros a veces eran los niños y en ocasiones también utilizó el servicio postal regular.

Las cartas despliegan todo un universo erótico de sentimientos hacia la otra. Hay cartas y cartas con poemas. Aquí vemos la literatura haciendo realidad lo que de otra manera no podía ser posible.

Fotograma de Wild Nights with Emily, 2019. Créditos de imagen: Embrem Entertainment.

El erotismo y la muerte, una larga relación

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